Consideramos
metales pesados a los que tienen una densidad 5 veces mayor a la del agua.
Algunos
metales son necesarios en concentraciones bajas para el buen funcionamiento del
organismo, como el zinc, hierro, cobalto, molibdeno....sin embargo en
concentraciones altas pueden ser perjudiciales para nuestra salud.
Otros en
cambio son tóxicos en cualquier concentración, como el mercurio, plomo, níquel,
arsénico...
La
contaminación, el consumo masivo, la producción de desechos y los métodos de
envasado actuales hacen que estemos en contacto con estos metales y que pasen a
nuestro organismo por la respiración, ingesta de alimentos o contacto físico a
través de la piel.
Si nuestras
vías de eliminación (riñones, hígado, sistema linfático...) están colapsadas
por otros motivos o la exposición al metal pesado es permanente, podemos
presentar síntomas por intoxicación de metales pesados.
Los órganos
donde se suelen acumular los metales pesados suelen ser en riñones, hígado o
sistema nervioso, aunque pueden almacenarse en muchos más.
Los análisis
de sangre o de orina convencionales no muestran normalmente esta toxicidad,
sólo hay un indicativo que nos puede alertar, que sería el índice de basófilos
altos, aunque no es fiable tampoco.
¿Qué síntomas podemos
notar si tenemos metales pesados en nuestro cuerpo?
-
Dolores
generalizados por todo el cuerpo
-
Fibromialgia
-
Problemas
digestivos
-
Patologías
del sistema nervioso
-
Cáncer...
¿Cuáles son los metales
pesados que más frecuentemente nos afectan y dónde se encuentran?
1) Plomo:
está presente en la gasolina, pintura, palomitas de maíz, utensilios de cocina,
pesticidas y fertilizantes, contaminación, latas de conserva....
Síntomas
relacionados: síndrome premenstrual y carencia de calcio.
2) Mercurio:
empastes dentales, plásticos, tinta de impresora, pesticidas, fungicidas,
lejía, pescado contaminado...
Síntomas: falta
de energía
3) Aluminio:
utensilios de cocina, papel de aluminio, comidas procesadas, polvos de talco,
desodorantes, latas de conserva...
Síntomas:
enfermedades del sistema nervioso, despistes, hiperactividad...
4) Níquel: utensilios
de cocina, pilas, cerámica, tintas, oro, amalgamas, maquillaje, monedas...
Síntomas:
reacciones cutáneas
5) Arsénico:
utensilios de cocina, pesticidas, humo de tabaco, pinturas, insecticidas,
cosméticos...
Síntomas:
digestivos
6) Cadmio:
humo de tabaco, teflón, pescado y marisco, pintura, pilas, palomitas de
maíz....
Síntomas:
dolores generalizados y de espalda, hipertensión arterial
7) Cobre:
algicidas, fontanería de cobre, utensilios de cocina
Síntomas:
digestivos
8) Cobalto:
maquillaje, pinturas, margarina...
Antes de
realizar un tratamiento de desintoxicación de metales pesados, conviene drenar
los órganos de eliminación de toxinas, sobre todo el sistema linfático, hígado
y riñones. Este proceso puede durar unos meses y se puede realizar mediante
fitoterapia (algunas plantas nos ayudan a limpiar distintos órganos),
homeopatía u otros suplementos alimenticios.
Después es
necesario tomar una sustancia quelante como la chlorella (es un alga), que
tiene la propiedad de expulsar de los órganos al torrente sanguíneo los metales
pesados para que puedan ser evacuados.
El proceso
de desintoxicación puede ser largo (meses) y se pueden notar algunos síntomas
como dolor de cabeza, náuseas, dolores articulares.... por los cuales hay que
pasar ya que es parte del proceso de recuperación.
Irene
Estébanez Aramendía
Fisioterapeuta
Col. 588 y Osteópata C.O.
C/Colón,
22-2F (46004 Valencia)
Tel.
647947183
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